Todos hemos oído de forma recurrente ciertas frases sobre el running en charlas con conocidos o familiares. Algunas son tan populares que han calado hondo en la creencia popular y llevan muchos años con nosotros.
En algunos casos, estos falsos mitos pueden encerrar cierta parte de verdad. Sin embargo, otras muchas de estas afirmaciones son directamente falsas y en su mayoría provienen de personas que nunca se han acercado al mundo del running.
A continuación hemos recopilado y desmentido los 9 mitos más habituales sobre el running y correr. ¿Cuántos de ellos has escuchado en alguna ocasión? ¡No te los pierdas!
Correr es malo para las rodillas
Este primer mito tiene algunas variantes y seguramente lo habrás escuchado con distintas partes del cuerpo: espalda, tobillos, pies, … siendo, sin duda alguna, el más popular el que concierne a las rodillas.
Contrariamente a lo que mucha gente opina, la carrera a pie, practicada correctamente, no tiene ningún efecto negativo sobre las rodillas. Más bien al contrario, ya que existen estudios científicos que han demostrado que correr evita la artritis de rodilla.
Prueba de esto es el, cada vez mayor, número de corredores veteranos que llevan muchos años practicando running, y participando en carreras populares, sin ningún tipo problema en las articulaciones.
Son varias las pautas a seguir si queremos conservar unas rodillas sanas y fuertes durante muchos años:
- No incurrir en excesos: El sobreentrenamiento y la fatiga extrema hará que nuestros músculos no se recuperen de los esfuerzos, aumentando por ello el riesgo de sufrir lesiones por estrés. Debemos cuidar y ajustar el volumen y la intensidad de nuestros entrenamientos y respetar los periodos de recuperación.
- Mejorar la técnica de carrera: Una correcta forma de pisar y apoyar el pie es fundamental para no desgastar la rodilla. Si tenemos molestias al correr, debemos acudir a un podólogo especialista para que nos haga un estudio de la pisada y valore la posibilidad de usar plantillas.
- Potenciar la musculatura: Los tantas veces olvidados ejercicios de fuerza son fundamentales para evitar lesiones. Tener unos músculos fuertes, especialmente los cuádriceps, hará que el peso que recae sobre la rodilla se reparta por toda la superficie de la articulación y como consecuencia hagamos menos presión sobre el cartílago. Tampoco debemos olvidarnos de ejercitar otras partes del cuerpo que indirectamente también intervienen en un correcto como las caderas o glúteos.
- Controlar el sobrepeso: Un exceso de peso provoca que ejerzamos más fuerza sobre la articulación pudiendo terminar en una lesión por sobrecarga.
Correr debilita el corazón
Este es otro de los clásicos que no suelen faltar entre la frases que más escuchamos los corredores. Además, debido a los fallecimientos en carreras de larga distancia que han sucedido en los últimos años, se ha causado algo de alarma social entorno a este tema.
Pero la realidad dista mucho de esta falsa creencia pues los beneficios del running a nivel cardiovascular están más que probados. Los principales efectos positivos que se producen sobre el corazón de los que practican running con regularidad son los siguientes:
- Disminución de la presión arterial.
- Bajada de los niveles de grasa en sangre.
- Aumento del llamado colesterol bueno (HDL).
- Disminución del ritmo cardiaco.
Eso sí, como ya comentamos anteriormente, debemos ajustar los niveles de entreno a nuestras condiciones físicas particulares, sin caer nunca en excesos ni entrenos extenuantes que puedan dañar a nuestro corazón.
También, cobra especial importancia la realización de controles periódicos, que incluyan una prueba de esfuerzo, para descartar cualquier tipo de afectación coronaria o enfermedades ocultas.
Los que corren están locos
Una de las razones por las que este mito está bastante extendido puede ser el hecho de que es habitual ver corredores en circunstancias un poco adversas, como a primera hora de la mañana, con frío, lluvia, niebla,.. También seguro que todos conocemos a alguna persona que no le encuentra sentido a andar o correr si no es para ir algún sitio concreto y no por simple placer.
La verdad, sin embargo, es que son muchos los expertos en psiquiatría que recomiendan la práctica deportiva como terapia para mejorar la salud mental.
Hay abundante evidencia científica de que correr reduce los niveles estrés, mejora el estado de ánimo y reduce la depresión.
Además, por si esto fuera poco, sabemos que el aumento del riego sanguíneo que se produce en nuestro cerebro durante la carrera agudiza algunas habilidades cognitivas.
Sólo puede correr la gente joven
Siempre que no exista ninguna patología que lo impida, se puede practicar el running prácticamente a cualquier edad. Prueba de ello es el mayor número de corredores veteranos que podemos ver en las calles y carreras populares.
Contrariamente a lo que mucha gente piensa, correr retrasa el envejecimiento y ayuda a mantenerse activo.
Lógicamente cuanto mayores somos, más cautelosos debemos ser con nuestras rutinas y tomar ciertas precauciones en los entrenamientos si no queremos ver truncada nuestra de vida de corredor hasta de tiempo.
Si corres un maratón acabarás machacado y quemado
En el running, como en cualquier otra disciplina deportiva, nadie está libre de daño y siempre existe un riesgo de lesión. Más aún si se trata de una carrera de fondo tan exigente como el maratón.
Ahora bien, si la preparación ha sido adecuada y progresiva no deberíamos tener ningún tipo de secuela ni quedar lastrados para nuestras futuras carreras.
Si, por el contrario, no hemos llevado una correcta planificación, y nos confiamos en exceso, podríamos acabar la carrera en pésimas condiciones o incluso dañados. Por eso es muy importante afrontar la preparación del maratón con mucho respeto y disciplina.
Llevar varios años corriendo habitualmente, seguir un plan de entrenamiento adecuado, hacer varios test… son algunas de las pautas a seguir para afrontar los 42k con garantías.
Se calcula que puede transcurrir 1 mes hasta que estemos totalmente recuperados del esfuerzo que supone una maratón. No es aconsejable, por tanto, realizar varios maratones sin que transcurran al menos 6 meses entre ellos. No respetar este periodo de recuperación constituye un factor de riesgo muy alto para acabar lesionados.
Si te interesa saber más sobre cómo preparar la mítica distancia, te invitamos a consultar nuestros consejos para correr un maratón.
La gente que corre está ociosa
Cada persona puede tener distintas motivaciones por las que correr. Si hiciéramos una encuesta, la mayoría de la gente respondería sin duda que lo hace por salud, otros por sentirse mejor, algunos dirán incluso que por ligar o porque está de moda,… pero también hay gente que corre por placer o simplemente porque no tiene nada mejor que hacer y no quiere aburrirse.
Seguro que más de una vez has escuchado esta frase: «Ese corre por que no tiene nada que hacer«. Vale, y si así fuera ¿Qué más da?. No importa la razón por la que corremos, ninguna tiene nada de malo.
También hay otro muchos runners que corren a pesar de tener sus agendas diarias repletas de obligaciones personales y profesionales. A veces lo hacen incluso sacrificando horas de sueño y tiempo de ocio con amigos y familiares.
Siempre debes estirar antes de correr
Hasta hace unos pocos años, era bastante habitual ver como muchos corredores hacían estiramientos antes de iniciar sus entrenamientos. Aunque a día de hoy aún mucha gente sigue haciéndolos, parece que es algo cada vez menos frecuente.
Diversas investigaciones científicas están desmintiendo la necesidad y conveniencia de incluir este tipo de rutinas. La razón es que el músculo puede perder fuerza durante el estiramiento y aumentar el riesgo de lesión.
En el caso de que queramos realizar estiramientos antes de una carrera, estos tendrían que ser de tipo dinámico con movimientos lentos y controlados. Los de tipo estático o clásicos, que se ejecutan en reposo y trabajando un músculo de forma aislada, deben realizarse cuando el músculo está caliente. Lo aconsejable es dejar estos últimos para después del entreno.
El gimnasio y el trabajo de fuerza hará que pierdas velocidad
Esta es otra de las creencias más extendida entre la población. Se tiende a pensar erróneamente que al hacer este tipo de ejercicios el músculo aumenta de tamaño y de peso, lo que puede incidir negativamente en la velocidad en carrera.
Desde hace mucho tiempo sabemos que es más bien todo lo contrario. Incluir rutinas de fuerza en nuestra planificación aporta numerosos beneficios, entre los que se encuentran la prevención de lesiones, el aumento de la resistencia y la mejora de la velocidad.
Ahora bien, no nos engañemos, a la mayoría de los runners no nos gusta mucho ir al gimnasio o trabajar con pesas, por eso tendemos, equivocadamente, a darle poca importancia al entrenamiento de fuerza.
Afortunadamente, existen alternativas sin tener que recurrir al gimnasio o las máquinas. Podemos, por ejemplo, hacer carrera en cuestas (repeticiones), ejercicios isométricos (plancha, sentadilla, zancada,..) o ejercicios pliométricos (salto, sentadillas con salto, subir escaleras,..).
Correr es aburrido
Este último mito se desmiente por sí solo pues la gran mayoría de las personas que prueban el running repiten y acaban incorporándolo a su vida diaria.
Quizás, cuando se empieza a correr, algunos objetivos o distancias puedan parecer inalcanzables pero lo cierto es que la carrera a pie es uno de los deportes más agradecidos que existen. En cuestión de semanas podemos apreciar progresos.
Además, correr no tiene que ser monótono. Dentro de nuestras rutinas de entrenamiento podemos ir variando recorridos, distancias, terrenos, horarios,… por lo que una salida no tiene por qué ser igual a otra.
Y tú, ¿Tienes alguna otra frase o mito que hayas leído o escuchado con frecuencia? ¡Compártela con nosotros en los comentarios!
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