¿A qué hora salgo a correr? Probablemente tú también hayas tenido esta duda en alguna ocasión. Conocer la mejor hora para realizar nuestros entrenamientos es una de las preguntas más frecuentes entre los corredores.
Es verdad también que, para muchos de nosotros, este debate no existe ya que no tenemos opción y salimos cuando podemos o cuando tenemos un hueco en nuestras ajetreadas vidas. En cualquier caso, es igualmente importante conocer cuáles son las características de las distintas horas de la jornada y que tipo de entrenamiento se adapta mejor a cada momento.
Por eso, a continuación, intentaremos mostrar los puntos fuertes y también las desventajas de cada una de las distintas horas del día. Si eres de los afortunados que puede elegir cuándo entrenar, esperamos que este artículo te ayude a mejorar en tus sesiones.
Correr por la mañana
Cuando el resto de la ciudad aún duerme, los valientes corredores se echan a la calle para comenzar un nuevo día con fuerzas y con la satisfacción del deber cumplido desde muy temprano.
Cada vez es más frecuente ver a atletas corriendo antes de que salga el sol. Para algunos es la única opción, pero otros muchos han descubierto las ventajas de este momento del día.
Ventajas
- Más energía para el resto del día: La liberación de endorfinas que produce el entrenamiento hará que estemos más activos y de mejor humor durante el resto del día.
- Más fácil de compatibilizar: Nuestras sesiones matutinas tienen menos probabilidades de interferir con el resto de actividades de nuestra agenda diaria que transcurren más tarde.
- A prueba de imprevistos: Es raro que nos surja un imprevisto a las 6-7 de la mañana. Por eso, la constancia en los entrenamientos dependerá únicamente de nosotros mismos.
- Menos calor en verano: La época estival es ideal para el runner madrugador. En este momento de la jornada estamos a salvo de las altas temperaturas del verano.
- Mayor quema de grasas: Durante los entrenamientos mañaneros el cuerpo necesita consumir mayor cantidad de calorías. Entrenando tan pronto hemos acelerado nuestro metabolismo.
Inconvenientes
- Madrugar puede ser duro: Correr en las primeras horas del día puede resultar muy difícil si no estás acostumbrado a ello. Debemos incorporar a nuestros hábitos el levantarse temprano y acostarse mucho más temprano.
- Entrenamientos menos intensos: Durante la mañana nuestros músculos están más rígidos y fríos por lo que no responderán tan eficazmente como lo harían en la tarde. No es, por tanto, el mejor momento del día para entrenamientos de alta exigencia e intensidad como series o fartleks. Debemos ser más conservadores con los ritmos.
- Mayor riesgo de lesiones: El que las articulaciones estén menos flexibles conlleva también un mayor riesgo de sufrir alguna lesión. No podemos olvidar realizar un buen calentamiento si queremos evitar sustos.
- Más frío en invierno: Tendremos que sufrir toda la dureza del clima invernal. Es importante mentalizarse y acostumbrar el cuerpo a correr con lluvia y frío.
Correr al mediodía
El corredor del mediodía no se toma un descanso a la hora del almuerzo como la mayoría de la gente, sino que aprovecha este rato para salir a correr y ponerse en forma.
Muchas personas han encontrado en la parte central del día un estupendo momento para compatibilizar su rutina deportiva. Además, les ayuda a encontrarse más activos y enérgicos durante lo que resta de jornada.
Ventajas
- Mejores condiciones físicas: Es el momento del día en el que tenemos unas mejores capacidades físicas para realizar ejercicio y cuando podemos obtener un mejor rendimiento. El cuerpo ya está activo y además aún no tenemos mucho cansancio acumulado.
- Menos frío en invierno: En las horas centrales del día el sol brilla con más fuerza. En la época invernal la temperatura será más suave y las sesiones más cómodas.
- Entrenamientos más intensos: El mediodía nos puede ayudar a mejorar nuestra velocidad. Es ideal para realizar entrenamientos con series, intervalos o fartleks.
- Aprovechar las horas muertas: Muchas personas tienen una pausa de algunas horas entre la mañana y la tarde. ¿Qué mejor manera que aprovecharla para salir a correr?
Inconvenientes
- Altas temperaturas en verano: Se puede hacer imposible practicar running en ciertos momentos del año cuando el calor aprieta demasiado.
- Menos tiempo para entrenar: Estamos limitados por las tareas que tengamos que realizar en la tarde. Puede que nos veamos obligados a ajustar la duración de las sesiones y evitar las tiradas largas.
- Entrenamientos pesados si hemos comido: Todos sabemos lo incómodo que es correr con el estómago lleno. Si ha pasado poco tiempo desde que has comido, los entrenamientos se harán más cuesta arriba.
Correr por la tarde
Termina una larga jornada laboral y todas las personas llegan a sus casas para descansar después un largo día. Bueno, no todas, los intrépidos “runners nocturnos” toman las calles dispuestos a disfrutar de su deporte favorito.
Los corredores que prefieren la tarde o la noche se encuentran con mayores fuerzas cuando el día está terminando y el sol se empieza a esconder.
Ventajas
- Menos riesgo de lesión: A esta hora, los músculos y articulaciones se encuentran más flexibles con una temperatura óptima para la práctica del deporte.
- Calentamientos más cortos: La actividad que hemos desarrollado durante el resto del día nos ha servido en buena medida de calentamiento. Gracias a ello, podemos recortar el tiempo que dedicamos a la “puesta a punto” antes de comenzar una sesión.
- Libera el estrés: Después de realizar un entrenamiento nos encontremos más relajados en la noche. El ejercicio nos ayudará a olvidarnos de las preocupaciones acumuladas durante la jornada.
- Más tiempo para entrenar: Saliendo a última hora del día, es probable que no tengamos más compromisos por lo que podremos alargar las carreras.
Inconvenientes
- Menos luz en invierno: El sol se pone muy pronto en invierno por lo que muchas de nuestras salidas serán nocturnas. Tendremos que tomar ciertas precauciones a la hora de salir como usar ropa reflectante o elegir recorridos iluminados.
- Mayor cansancio: Puede que nos encontremos más fatigados debido a que ya llevamos bastantes horas activos. Además, el cansancio mental puede hacer mella en nosotros.
- Más difícil de compatibilizar: Durante la tarde hay una mayor probabilidad de que surjan situaciones que no teníamos previstas y que nos obliguen a cancelar un entreno.
- Dificultad para conciliar el sueño: Practicar deporte a última hora de la tarde puede provocar un subidón de energía que nos mantenga en vela más tiempo del que desearíamos.
Conclusiones
Como hemos visto, no hay una respuesta absoluta a la pregunta sobre cuál es el mejor horario para correr. Todo dependerá de nuestros objetivos de entrenamiento y del momento día que mejor encaje con el resto de nuestros compromisos cotidianos.
También debemos tener en cuenta que hay dos tipos de personas. Están las llamadas “madrugadoras”, que tienen tendencia a concentrar la mayor parte de sus actividades durante las primeras horas del día. Y por otro lado, están las personas “trasnochadoras”, que, por el contrario, prefieren realizar las actividades durante la tarde o la noche, porque han comprobado que en ese período del día son más efectivas.
La explicación la encontramos en el hecho de que cada individuo tiene un reloj biológico que regula nuestro ritmo circadiano. O lo que es lo mismo cada persona tenemos un ciclo distinto que controla cuando tenemos sueño o cuándo estamos más activos.
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