Correr con agujetas: ¿bueno o malo?

Las agujetas son uno de los dolores más comunes que todos experimentamos varias veces a lo largo de nuestra vida.

Si llevas un tiempo practicando running seguro que en alguna ocasión has sufrido estas molestias en las piernas, las temidas agujetas. Ante esta situación es lógico plantearse si debes salir correr o tomarte un descanso.

Puede que pienses que es bueno seguir practicando deporte o que, por el contrario, prefieras ser más conservador y no arriesgarte a un mal mayor. Como veremos más adelante, no hay una respuesta absoluta y la elección dependerá del nivel del dolor percibido así como del ejercicio que queramos realizar.

Además, en este artículo vamos a repasar de qué estamos hablando cuando nos referimos a las agujetas, por qué se producen, así como algunos consejos para evitarlas.

¿Qué son las agujetas y qué las causa?

Las agujetas son un dolor muscular de aparición tardía conocido con el nombre científico de DOMS (por sus siglas en inglés).

Durante mucho tiempo, y hasta hace unos pocos años, se creía que las agujetas eran debidas a una excesiva acumulación de ácido láctico en el cuerpo. Sin embargo, la comunidad científica ahora sabe, con más certeza, que son microrroturas de fibras musculares que se manifiestan como molestia, sensibilidad y tirantez en los músculos afectados.

running agujetas

El ácido láctico es responsable de la sensación de malestar que podemos sentir al mantener un ejercicio físico intenso. Pero, no es la causa de ninguna molestia posterior ya que es eliminado a los 30-60 minutos de finalizar el entrenamiento.

Las agujetas aparecen al realizar un ejercicio para el que no estamos adecuadamente entrenados o con una exigencia mayor de la habitual. La fibra muscular es débil y no es capaz de soportar el nivel de entrenamiento, por lo que se termina produciendo una inflamación del músculo afectado. 

En todo caso, las agujetas no son una afectación grave, el nivel más alto de las molestias provocadas se alcanza entre las 24 y 72 horas posteriores al ejercicio y suelen desaparecer transcurridos como máximo 7 días desde su aparición.​

¿Existe algún remedio?

No existe ninguna solución mágica que puede acortar de manera considerable el tiempo de recuperación. No obstante, podemos apuntar varios que consejos que ayudarán a mitigar los síntomas.

Empezaremos diciendo que el clásico remedio del agua con azúcar está demostrado que no es efectivo para tratar las agujetas. Se basa en la premisa de la cristalización del ácido láctico, algo que, como hemos visto anteriormente, no tiene base científica.

Para reducir la inflamación del músculo podemos recurrir al tratamiento local con hielo que ayudará a calmar y relajar las fibras.

Además, mediante la colocación de paños cálidos o duchas calientes mejoraremos la circulación de la sangre en las articulaciones.

Igualmente, para reparar el daño muscular son efectivas las sesiones suaves de masajes ya sean manuales o con ayuda de un rodillo de espuma.

Hacer una actividad ligera también puede ser beneficioso para la recuperación. Algunos ejemplos de rutinas adecuadas serían: una pequeña caminata, una sesión corta de natación o un paseo en bicicleta.

En último lugar, y solo si el dolor es muy intenso, podemos recurrir a tratamiento con antiinflamatorios como el ibuprofeno para tratar de aliviar los síntomas.

¿Cómo evitarlas?

Hemos visto que las agujetas sobrevienen después de realizar una actividad a la que no estamos habituados o cuando existe un aumento excesivo de la carga. Si, por ejemplo, no solemos andar en bici y hacemos una etapa larga, estamos forzando grupos musculares que no están preparados para esa intensidad de trabajo.

Parece evidente entonces que la prevención de esta dolencia debe pasar por la práctica de ejercicio de manera progresiva. Para evitar no sólo las agujetas sino todo tipo de lesiones, siempre debemos aumentar las cargas escalonadamente sin realizar sobreesfuerzos que puedan provocar futuras dolencias.

estiramientos carrera

También, es de gran importancia no olvidarse de realizar un buen calentamiento antes del inicio de la carrera. Este ejercicio  previo pondrá las fibras musculares en unas condiciones óptimas de temperatura y elasticidad.

Otra de las técnicas más empleadas para prevenir el dolor muscular es la inclusión de estiramientos, especialmente tras un entrenamiento intenso. Estos deben incluir los músculos más susceptibles de sufrir microroturas como son los gemelos, cuádriceps, aductores, y glúteos.

Finalmente, y aunque no exista un relación directa entre dieta y agujetas, una correcta alimentación e hidratación siempre debe estar presente en la vida de un corredor que quiera mejorar su rendimiento.

Entonces, ¿puedo salir a correr o no?

Si la molestia es soportable y no incapacita, no hay nada malo en salir a correr. Un trote a baja intensidad puede estimular la recuperación de la musculatura dañada.

Si, por el contrario, sentimos mucho dolor, es mejor es descansar durante unos días y darle un tiempo al cuerpo.

Asimismo, como ya hemos comentado, podemos realizar otro tipo de actividades o ejercicios tranquilos como bicicleta, natación, andar,… Cualquier tipo de actividad suave hará que nos llegue más sangre a las fibras y acelerará un poco la mejoría.

hidratación running

En cualquier caso, no debemos ignorar las molestias y practicar running como si estuviéramos en condiciones normales. Un entrenamiento fuerte en estas circunstancias puede desembocar en una lesión mucho más grave.

Y tú, ¿quieres compartir con nosotros tu experiencia con las agujetas?, ¿tienes algún otro truquillo? ¡Te esperamos en los comentarios!


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